UN ARMA SECRETA PARA TRABAJO DE INVESTIGACION DE ACCIDENTES DE TRABAJO

Un arma secreta para trabajo de investigacion de accidentes de trabajo

Un arma secreta para trabajo de investigacion de accidentes de trabajo

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La ralea distingue entre la imprudencia profesional, que puede ser parte del riesgo inherente al trabajo, y la imprudencia temeraria, que implica una negligencia grave y deliberada.

Es necesario que el daño sea una consecuencia directa del desempeño de las tareas laborales. Por ejemplo, si un trabajador sufre una herida mientras manipula maquinaria defectuosa en su lugar de trabajo, se considerará un accidente laboral porque el daño se produjo directamente por la actividad laboral y las condiciones del entorno de trabajo.

Se entiende por accidente de trabajo toda equimosis corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena.

La almohadilla de esta exclusión es que el trabajador, al actuar de modo temeraria, ha roto el vínculo de causalidad entre su actividad laboral y el accidente, pero que la laceración se produjo por su propia negligencia extrema.

Esta excepción tiene un carácter preventivo, aunque que investigación incentivar a los trabajadores a cumplir con las normas de seguridad y a actuar con responsabilidad en el entorno laboral. Sin embargo, es importante distinguir la imprudencia temeraria de la imprudencia profesional.

  Para que un accidente in itinere sea reconocido como tal, deben cumplirse ciertos requisitos específicos:

No, mientras que el trabajador no se encuentre en su puesto de trabajo y el accidente ocurra fuera del tiempo de trabajo, lo mejor de colombia no procedería la presunción de laboralidad sobre el accidente ocurrido. 

Aunque la legislación españonda es amplia en lo que respecta a la consideración de lo que constituye un accidente laboral, existen ciertas excepciones y exclusiones que limitan el alcance de esta protección.

Los accidentes de representación son aquellos que ocurren cuando el trabajador, en cumplimiento de órdenes del empleador, se encuentra fuera de su punto habitual de trabajo.

Un ejemplo popular es el crecimiento de trastornos musculoesqueléticos en trabajadores que realizan tareas repetitivas o que requieren amotinar cargas pesadas.

No se considera accidente laboral el infarto sufrido en el vestuario de la empresa. La legislación ha considerado que no basta para que actúe la presunción de laboralidad con que el trabajador se halle en los vestuarios de la empresa cuando ocurre el episodio, que es sitio de trabajo a estos posesiones, o en la obra, sino que el término legal de tiempo de trabajo contiene una significación más concreta, referida a la falta de que el operario se encuentre en su puesto de trabajo, en el que se presume que se ha comenzado a realizar algún tipo de actividad o esfuerzo, físico o intelectual. (Tribunal Supremo Sala 4ª, S 20-12-2005, rec. 1945/2004)

Por su parte, los trabajadores también tienen la obligación de seguir las instrucciones de seguridad proporcionadas por la empresa y utilizar correctamente los equipos de protección personal.

La clave para esta excepción radica en la relación o desatiendo de relación entre el evento y la actividad laboral.

En cuanto a la cotización requerida para poder ser beneficiario de la prestación, no hay ninguna; cuando se produce un accidente de trabajo, no hay que acreditar un periodo previo cotizado -que sí se exige si la causa de la descenso es una enfermedad popular-. 

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